Tres saunas públicas de Tampere
Ville sacude la cabeza y me informa. Probablemente no sea ni siquiera 14C el agua ahora en el verano. Yo no me metería en el agua ahora". Un chico sensato. Veo a hombres y niños adultos caminando de regreso, temblando al entrar al invernadero. Es una de las tres saunas públicas de Tampere. Apenas 5 euros te dan acceso. He estado en saunas en mi gimnasio local, así que estoy esperando un romance de mocos que induzca el vapor. Sin embargo, lo que no tenía en cuenta era la rusticidad de los finlandeses.Entro en una caldera de vapor. Cometo el error de tratar de respirar por la boca ("mal hábito de ser niño") en vez de por las fosas nasales y siento instantáneamente que mis órganos se están cocinando. Ville me pide que me siente en uno de los bancos más altos de la sala. Mis lentes de contacto se estaban derritiendo y no pude ver nada por un momento. Tenía ganas de salir corriendo, pero después de unas cuantas respiraciones lentas, empiezo a relajarme y a adaptarme a lo que me rodea. Veo delante de mí una fila de personas de todas las edades, principalmente hombres mayores, langosta frente a una especie de expresión medio dolorida.
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